En estas
fechas del mes de agosto estamos asistiendo a una escalada de violencia hacia
las mujeres, con varios asesinatos por parte de sus parejas o exparejas que,
como CGT, condenamos y exigimos el fin absoluto de todo tipo de agresiones
machistas.
Es
preciso acabar con esta lacra macabra que asienta su raíces más profundas en la
miserable sociedad machista y patriarcal que padecemos.
Todos los
días 25 de cada mes, CGT viene desarrollando su campaña de
denuncia de la violencia hacia las mujeres ante los Ministerios de Sanidad
Servicios Sociales e Igualdad, Educación, Justicia y a la Defensora del Pueblo,
habiéndose computado en lo que llevamos de año más de cuarenta asesinatos
(cifras oficiales), sin que parezca que es posible hacer nada para erradicar
esta sangría.
Entendemos
que no basta con la denuncia pública, con poner el foco solo cuando se produce un
nuevo asesinato, no basta con lamentarse sino que como sociedad debemos
disponer de un plan permanente de actuación integral. Para CGT, este terrorismo
hacia la mujer tiene que tener una respuesta, es preciso extirparlo,
mostrar tolerancia cero ante el mismo, es preciso intervenir desde todos
los frentes para acabar ya con los asesinatos de mujeres a manos de los hombres
que no son sino la punta del iceberg de todo un conjunto de actitudes
machistas y sexistas que configuran nuestra sociedad y que son el germen
para la posterior violencia extrema. El asesinato representa el escalón
más dramático, el más irreversible, el último de una gran escalera de sumisión
y sometimiento de la mujer en beneficio del hombre. El asesinato, la
violencia representa la irracionalidad, la renuncia a lo que nos hace ser
personas.
Quien
mata a una mujer está mostrando que su única herramienta para afrontar el
verdadero problema de las relaciones humanas es la violencia y la ejerce para
mantener su estatus, su dominio, sus privilegios, su machismo, su poder.
Las
actitudes, pensamientos, sentimientos y comportamientos que configuran el
machismo no son naturales, no se nace con ellos, sino que se aprenden, se
desarrollan, se fomentan y la responsabilidad de su existencia es de esta
sociedad, este sistema político, ese sistema económico, educativo,
laboral, social que los mantiene.
Hay que
mostrar tolerancia cero hacia el machismo, hacia los hombres que no aceptan que
la mujer sea libre, que piense, decida, elija, opte, por si misma. Expresiones
como mi mujer, mi chica, mi pareja... son un alegato a la posesión, a la
autoridad, al dominio, a la sumisión.
Obviamente
todos los hombres no son machistas, ni todos los hombres son asesinos de mujeres,
pero el sistema sí lo es, el sistema sí está construido para generar violencia
hacia las mujeres. El sistema sí es el responsable del reparto actual de
papeles en la sociedad, del reparto de responsabilidades, el sistema
social sí es responsable de la violencia de género, junto al
sistema educativo, la educación en el seno de la familia, la publicidad,
las tradiciones, las supersticiones, los dogmatismos, la intolerancia...
Las mujeres
tenemos que ocupar el espacio público, tenemos que redoblar nuestros procesos organizativos
y reivindicar los derechos que nos tiene secuestrados el sistema político
capitalista y machista. Las mujeres luchamos día a día para superar esta
lacra, esta situación de explotación y violencia a la que nos somete este
sistema, las mujeres vamos a cambiar y revolucionar el estado actual de
relaciones entre hombres y mujeres, las relaciones de poder.
CGT llama
a la movilización permanente en todos los lugares y momentos y junto a todas las
organizaciones, movimientos y colectivos sociales y feministas para defender
una sociedad de la igualdad, del respeto a la diversidad, de la justicia
social.
Secretaria de la Mujer
Comité Confederal de la CGT
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