lunes, 25 de febrero de 2019

HUELGA

Quedan menos de 15 días para la huelga feminista del 8 de marzo, convocada como el año pasado para denunciar la violencia y la desigualdad que siguen enfrentando las mujeres, y las preguntas vuelven a emerger.  Los motivos siguen vigentes, tal y como refleja el extenso argumentario redactado por la Comisión 8M, que se unen este año al riesgo que representan aquellos "que hacen su política desde el miedo y el desprecio a las mujeres".

              Una vez más, la movilización se va  a centrar en cuatro ejes: laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo. Al igual que el año pasado, el objetivo es parar en todos los ámbitos, no solo en el empleo, para visibilizar qué ocurre cuando las mujeres no están y demostrar "que sin nosotras ni se produce ni se reproduce". Pero además, apuntan a la violencia machista, las agresiones sexuales, la brecha salarial o la precariedad y refuerzan sus reivindicaciones antirracistas.

Los mayoritarios, CCOO y UGT, han convocado de la misma manera que lo hicieron el año pasado: paros parciales de dos horas por turno. . Sindicatos como CNT, CGT o Intersindical han convocado, por su parte, huelga de 24 horas. Ambas convocatorias –paros parciales y huelga de 24 horas– están legalmente registradas. Es decir, cualquier persona que tenga una relación laboral puede optar por secundar cualquiera de las dos modalidades.

Si alguien comunica de alguna manera que hará un tipo de huelga y luego se arrepiente o quiere hacerla de otra forma, puede hacerlo sin necesidad de informar y sin que eso tenga consecuencias.

Pero, ¿quiénes están llamadas a la huelga?

Formalmente, los sindicatos convocan a todas las personas que trabajen, tanto hombres como mujeres, así que legalmente cualquiera puede hacerla ese día. El movimiento feminista, sin embargo, llama a una huelga solo de mujeres para promover una reflexión colectiva sobre el valor de su trabajo en todos los ámbitos. Por ello, es especialmente importante la huelga de cuidados, con la que quiere "hacer patente que el sistema colapsaría sin nuestro trabajo cotidiano". En este sentido, piden a las  mujeres que dejen ese día de encargarse de las tareas domésticas o del cuidado de hijos o personas dependientes: que no lleven ni recojan a los niños del colegio y que dejen de lavar, planchar o hacer la comida.
El trabajo de cuidados no remunerado sigue recayendo mayoritariamente en ellas. Se calcula, de hecho, que los hombres le dedican de media 14 horas semanales frente a las 72 que emplean las mujeres, sometidas a una doble jornada.
La idea va más allá del propio 8 de marzo y la acción pretende fomentar un espacio para reflexionar y tomar conciencia del modelo económico actual y cómo afecta a la vida de las mujeres. El movimiento feminista pretende volver a protagonizar una jornada multitudinaria con la que proponen "otra forma de ver, entender y estar en el mundo". 


POR TI, POR NOSOTRAS, POR TODAS!!!

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